La vida de un docente de 32 años se convirtió en una pesadilla cuando una denuncia por abuso sexual lo llevó al banquillo en 2023. Este lunes, el Tribunal de Tartagal lo absolvió tras encontrar graves inconsistencias en el testimonio de la denunciante.
Durante el juicio, las contradicciones en el relato de la joven despertaron sospechas. Un informe psicológico concluyó que había mentido, y las pruebas físicas resultaron insuficientes. La jueza Vásquez aplicó el principio in dubio pro reo: sin certeza, no hay condena.
Mientras el educador recupera su libertad, las redes sociales estallan. Algunos celebran la decisión, pero otros cuestionan el letargo de la justicia.
El hombre, cuyo nombre quedó marcado, ahora intenta reconstruir su vida. “Nadie devuelve la reputación perdida”, susurra un colega.
“Era todo mentira. Mi papá tendría que haber salido el año pasado y no 15 meses después. Él tiene problemas de salud, está enfermo”, comentó su hija.
