Ante la prohibición de ingresar una estufa al aula, la docente Marina Fernanda Hoyos, de la Escuela Legado General Belgrano de Limache, expresó su indignación:
“Son niños de siete años, muchos van sin medias… es inhumano.”
Hoyos denunció que las autoridades no le permiten llevar una estufa, pagada de su propio bolsillo, para calefaccionar la sala donde enseña a alumnos de bajos recursos. “Son hijos de peones, muchos trabajan en las fincas. Estos nenitos son muy pobres”, relató con preocupación.
Contó que, aunque entiende que debe respetar la normativa, considera cruel no poder darles un poco de calor, sobre todo cuando ve a los chicos llegar desabrigados. “Todos los días están esperando el mate cocido o la leche, y nos piden más pancito”, agregó.
Apuntó directamente contra las autoridades del Ministerio de Educación:
“Es como que ellos están en otro país. No son conscientes de la realidad que estamos atravesando. Nosotros lo vemos todos los días con estos niños.”
Sobre el final, visiblemente afectada, la docente confesó:
“Hoy desbordé. Me sentí tan cansada… es como que me quieren atar las manos en todos los sentidos.”
Y cerró con una frase que resume el drama diario de muchas escuelas salteñas:
“La normativa es como que nos prohíbe todo, ¿me entendés? Es morirse de frío o morirse de frío.”