Este septiembre Salta revive su fe más profunda. A 333 años del histórico terremoto que dio origen a la devoción, los claveles vuelven a convertirse en protagonistas de la festividad más esperada por miles de salteños: el Milagro. El 15 de septiembre, las imágenes del Señor y la Virgen saldrán nuevamente de la Catedral para encontrarse con el pueblo en una de las procesiones más multitudinarias de los últimos tiempos.
En cada esquina cercana al templo, los puestos de flores ya despliegan sus ramos. Un vendedor ubicado junto a la Catedral contó en exclusiva que los claveles son el símbolo más buscado por los fieles. Los precios van desde $1.500 por una flor hasta $15.000 la docena, y a pesar de los costos, el movimiento de compradores es constante, especialmente en las mañanas.
Pero más allá del valor económico, cada clavel tiene un significado que atraviesa generaciones. El rojo representa la sangre de Cristo, recordando el sacrificio y la entrega. El blanco simboliza la pureza del manto de la Virgen, mientras que el rosa se ofrece a la Virgen de las Lágrimas, evocando la protección maternal en momentos de dolor.
Estos colores no solo acompañan las manos de los peregrinos, sino que también decoran altares, procesiones y espacios de oración, convirtiéndose en un lenguaje silencioso de amor y esperanza. “El clavel no es solo una flor, es un compromiso de fe”, señaló el vendedor entre la emoción de quienes ya compraban sus ramos.
En un septiembre cargado de simbolismo, el Milagro vuelve a unir al pueblo salteño en una tradición que se fortalece con cada generación. Y entre rezos, promesas y lágrimas, los claveles seguirán siendo el puente entre la devoción y la memoria de aquel día que cambió para siempre la historia de Salta.