En un hecho que sacude la confianza en las instituciones, se descubrió que parte de la cocaína incautada en Orán y almacenada para su destrucción fue reemplazada por una masa similar a plastilina. El hallazgo ocurrió durante una inspección rutinaria previa a la incineración, revelando un posible desvío desde depósitos oficiales.
La droga, decomisada hace dos meses en un auto con tres kilos de cocaína, estaba bajo custodia de la DICOM. Sin embargo, al abrir uno de los paquetes durante el proceso de quema en Altos Hornos Zapla, Gendarmería encontró una sustancia amarillenta y gomosa, nada que ver con el alcaloide original.
"El envoltorio no coincidía con el original, y la sustancia tampoco", explicó el periodista Juan Carlos Corbacho, quien cubre narcotráfico en la zona. Expertos analizan la masa, pero ya se sospecha de una maniobra para sustraer la droga antes de su destrucción.
El caso recuerda un escándalo similar durante la gestión del exjuez Raúl Reynoso, cuando 80 kilos de cocaína desaparecieron antes de ser incinerados. "Lo que se quemó no era lo incautado", denunció Corbacho, señalando impunidad en redes de desvío.
El móvil sería económico
Un kilo de cocaína supera los $3.000 dólares en Bolivia, y su valor aumenta en Salta. Las sospechas apuntan a infiltrados en fuerzas de seguridad o el Poder Judicial, capaces de manipular pruebas almacenadas.
Mientras se esperan los peritajes, la pregunta ronda en Orán: ¿Quién se benefició con el cambio? La Justicia debe actuar rápido para evitar que más droga "desaparezca" de depósitos estatales.