La incertidumbre golpea fuerte al comercio salteño. Ángel Ortiz, secretario gremial del Sindicato de Comercio, advirtió un escenario crítico marcado por despidos aislados, consumo desplomado y rumores crecientes de cierres de sucursales de tarjetas de crédito y cadenas de electrodomésticos.
Aunque en Salta capital aún no hubo cierres como en Tartagal y otras ciudades del interior, Ortiz confirmó que ya se registraron desvinculaciones y que “no se descarta nada”. La temporada alta, que debía arrancar en noviembre, directamente no comenzó, profundizando la preocupación en el sector.
Las ventas no repuntan y las empresas analizan achicarse nuevamente. “Hoy no hay cierres en Salta, pero dentro de uno o dos meses no sabemos qué puede pasar si las ventas no se recuperan”, alertó Ortiz. El reciente cierre de una sucursal de Tarjeta Naranja en otra localidad encendió aún más las alarmas.
El impacto emocional entre los trabajadores es profundo. “Es desesperante. El temor no es solo perder el trabajo, sino preguntarse cuándo se conseguirá otro”, expresó Ortiz. La sensación de zozobra se extiende a cada local, a cada empleado que mira el futuro con angustia.
Con el año por terminar, todos ponen sus esperanzas en el aguinaldo. Para los comerciantes, podría mover un poco el consumo; para los trabajadores, será apenas un respiro para cubrir necesidades básicas. “Estamos llegando asfixiados”, reconoció el gremialista.
Mientras la crisis avanza, el pedido es claro: se necesitan medidas urgentes para evitar un impacto mayor en el empleo y en la economía local.