Este jueves, pasadas las 12, el cuerpo de Javier “Chino” Saavedra, principal acusado por el crimen de Jimena Salas en Vaqueros, fue sepultado en el cementerio San Antonio de Padua. El hombre había sido hallado desangrado en el baño del Pabellón “D” de la Alcaidía, en circunstancias que todavía generan más dudas que certezas.
Durante el velorio, realizado en la sala velatoria de la empresa Pieve, se vivieron escenas de profundo dolor y tensión. Una persona se descompensó y debió ser asistida por médicos, en medio de la conmoción que rodea a la familia desde aquel trágico hallazgo.
En plena cobertura periodística, un primo hermano del “Chino” se acercó a las cámaras de Que Pasa Salta y lanzó una denuncia explosiva. “Los canas hijos de puta mataron a mi primo. Es todo invento, así como hicieron el invento del ADN. Hay un pescado gordo, algún político que se está cubriendo”, expresó con indignación, asegurando que Saavedra fue víctima de una causa armada.
El familiar exigió justicia tanto para Jimena Salas como para Javier Saavedra, sembrando aún más polémica alrededor de un caso que mantiene en vilo a Salta desde 2017. Sus palabras apuntaron directamente contra el personal carcelario y contra figuras políticas, alimentando las sospechas sobre un posible encubrimiento.
La muerte del principal acusado, ocurrida en un contexto carcelario aún poco claro, reavivó las preguntas que nunca fueron respondidas en la investigación por el crimen de Jimena Salas. Ahora, la exigencia de la familia de Saavedra abre un nuevo frente de tensión que podría modificar el rumbo judicial de una de las causas más resonantes de la provincia.
Lo cierto es que la polémica no hace más que crecer. Mientras la familia de Jimena sigue reclamando justicia por su brutal asesinato, los allegados a Saavedra piden que se investiguen a fondo las circunstancias de su muerte, temiendo que se trate de un caso más de impunidad en Salta.
