La crítica situación en el norte de Salta ha dejado a 15.000 personas aisladas, 11.000 de ellas de pueblos originarios. Las inundaciones han obligado a la provincia a desplegar recursos extremos, incluyendo helicópteros atrapados en el barro. Mientras tanto, el Gobierno Nacional ofrece colchones e insumos... pero exige que los saquen en Villa Martelli, Buenos Aires.
"Es ridículo", denunció el ministro Mario Mimessi. "En plena emergencia, esperan que enviemos camiones a 1.500 km de distancia". La provincia ya gasta sus propios recursos en módulos alimentarios, agua y logística, mientras la Nación centraliza la ayuda en Capital Federal, ignorando la urgencia.
Operativo provincial sin apoyo federal: Salta ha financiado toda la asistencia, desde alimentos hasta evacuaciones, con sus propios medios. "Incluso cocinar es un desafío cuando no para de llover", explicó Mimessi, destacando la vulnerabilidad de las comunidades afectadas.
Alerta por la poscrisis: Cuando baje el agua, quedará "destrucción total", advirtió el ministro. Zonas como la Quebrada del Toro ya piden emergencia económica. El gobernador prometió seguir apoyando, pero la falta de coordinación con Nación agrava la situación.
Salta no se rinde: La provincia sigue trabajando con lo que tiene, mientras exige a Nación no solo ofrecer ayuda, sino entregarla donde se necesita. ¿Hasta cuándo esperarán los damnificados?