Cinco extranjeros con historiales delictivos fueron expulsados de Argentina en un operativo coordinado por Migraciones y el Ministerio de Seguridad. Los deportados, provenientes de Colombia, Chile, Perú, Paraguay y Uruguay, tenían condenas por robos agravados, portación de armas de guerra y narcotráfico. La medida se ejecutó el 22 de mayo en un operativo que incluyó traslados custodiados desde la Alcaidía Madariaga hasta el Aeroparque Jorge Newbery.
Los expulsados acumulaban causas en múltiples jurisdicciones. Jefferson Rojas Pedraza (colombiano) enfrentaba cargos por robos en banda; Danilo Abarca Muñoz (chileno) por hurto; Jhonattan Figueroa Rodríguez (peruano) por robo con armas; Roberto Cañete Cabañas (paraguayo) por tenencia ilegal de armas de guerra; y Paolo Vespa Pino (uruguayo) por robo agravado. Todos con sentencias firmes.
El gobierno celebró la medida como parte de su reforma migratoria. La ministra Patricia Bullrich destacó en redes: "Ya están afuera. Acá solo queremos gente de bien", en línea con la política de Javier Milei de endurecer controles sobre extranjeros con antecedentes penales. La deportación se basó en el artículo 70 de la Ley de Migraciones, que permite expulsiones por "peligrosidad social".
Previamente, una mujer trans peruana fue deportada por narcotráfico. Paola Gabriela de la Rosa Soria, condenada en 2023 por venta de drogas, fue arrestada nuevamente en Constitución con 10 gramos de cocaína. Perdió su residencia permanente y fue expulsada con tobillera electrónica hasta su salida del país.
Las autoridades insisten en que estas acciones buscan "proteger la seguridad pública". Expertos advierten que la medida podría escalar, con más deportaciones de extranjeros condenados por delitos graves.
