Una casa común en el barrio Alto Comedero, de San Salvador de Jujuy, se transformó en la escena de un horror sin precedentes. Matías Jurado, de 37 años, fue detenido luego de que la policía encontrara restos humanos en su vivienda. Está vinculado a la desaparición de al menos cinco hombres en situación de calle.
La investigación comenzó con varias denuncias de desaparición entre junio y julio. Todas tenían algo en común: los desaparecidos habían sido vistos por última vez con Jurado. Un testimonio clave lo cambió todo. Su sobrino de 16 años, que vivía con él, se quebró y contó lo que sabía: “Pasaban cosas malas los viernes”.
Gracias al menor, los peritos encontraron restos óseos en varios puntos del terreno. El adolescente aseguró que su tío atraía a las víctimas con promesas de trabajo o alcohol, y luego las descuartizaba, enterraba o incineraba. También declaró que él mismo había señalado a los investigadores los sitios donde estaban los cuerpos.
Las cámaras de seguridad captaron a Jurado con al menos dos de los desaparecidos, y los registros telefónicos lo ubicaron en el mismo lugar que las víctimas. En el allanamiento también hallaron objetos personales y ropa que coinciden con las denuncias. Algunos vecinos afirmaron que los viernes veían entrar gente a la casa, pero nunca los veían salir.
El fiscal Guillermo Beller confirmó que Jurado será imputado por el homicidio de Anachuri, la última víctima identificada. Pero la causa podría ampliarse a otros cuatro casos: Ponce, Quispe, González y Sosa. Mientras tanto, se esperan los resultados de las pericias de ADN para determinar a quién pertenecen los restos.
La justicia no descarta que haya más víctimas, y se reforzó la custodia del menor, considerado testigo protegido. La comunidad jujeña, conmocionada, exige respuestas. “No podemos creer que esto haya pasado al lado de nuestras casas”, dijo una vecina.