El miércoles 9 de abril, la CGT movilizará al Congreso en apoyo a los jubilados, seguido de un paro nacional el jueves 10. El Gobierno intenta frenar la adhesión de la UTA con una polémica conciliación obligatoria.
La imagen de Milei se desploma tras errores consecutivos: discurso homofóbico en Davos, represión a jubilados, acuerdo con el FMI y el escándalo de la criptoestafa $LIBRA. La inflación regresó, y la presión social aumenta.
Los jubilados, únicos en resistir sin pausa, lideran el reclamo por pensiones dignas y medicamentos gratuitos. La CGT, ahora en modo combate, suma 12 horas más de protesta: desde el mediodía del miércoles, columnas marcharán al Congreso.
El Gobierno actúa con desesperación. Usa la conciliación obligatoria para impedir que la UTA (gremio de colectiveros) se sume al paro. Expertos señalan que el argumento es débil, ya que la medida cegetista no está vinculada al conflicto salarial del sector.
La CGT exige: paritarias libres, aumento urgente a jubilados, defensa de la industria y fin de la represión. Mientras, el Gobierno amenaza a la UTA con multas, pérdida de personería gremial y despidos.
¿Qué pasará? La definición de la UTA podría conocerse solo un día antes. En la CGT, crece el malestar: "Nunca se expulsó un gremio, pero siempre hay una primera vez".