El intento de reunificación del peronismo salteño terminó en escándalo. A días del cierre de alianzas, Fuerza Patria —espacio conducido por varios sectores tradicionales del PJ— le cerró la puerta a Juan Manuel Urtubey, exgobernador de Salta, quien pretendía regresar a la escena local con un frente renovador. El rechazo fue tajante: “No compartimos ni su modelo de provincia ni su estilo personalista de conducción”, dijeron desde el núcleo duro. Así, el peronismo irá dividido en las elecciones y, por primera vez en décadas, sin un liderazgo claro que lo aglutine.
Mientras la oposición se ordena en frentes más amplios, el oficialismo peronista se fractura peligrosamente. La tensión creció en la última semana, cuando Urtubey intentó sumar su espacio al armado de Fuerza Patria y fue descartado sin siquiera abrir el diálogo formal. “La unidad no puede construirse con imposiciones ni regresos nostálgicos”, afirmó un referente del interior. El quiebre no solo pone en riesgo la competitividad electoral del PJ, sino que abre la puerta a nuevas alianzas inesperadas en el escenario salteño.
