El 5 de agosto quedará marcado en la historia del Ejército Argentino: por primera vez una patrulla alcanzó la cima del Monte Kun, en el Himalaya, a 7.077 metros de altura. Entre los nueve expedicionarios estuvo el Suboficial Mayor Pedro Rodríguez, de 53 años, oriundo de Tartagal, quien llevó la bandera salteña a lo más alto del mundo junto a una cordada del Ejército de la India.
Rodríguez compartió su emoción al recordar el momento: “Tuve experiencias, pero nunca a esa magnitud”. Con más de 25 ascensos al Aconcagua, confesó que cada cima lo hace llorar de una manera distinta. “Pensás en tu familia, en todo lo que sacrificaste, y hacer cumbre es una satisfacción inmensa”, relató.
La convocatoria comenzó el año pasado y reunió a 48 postulantes. Tras duras pruebas físicas y técnicas, quedaron seleccionados nueve. “Había que escalar en hielo, usar grampón… Yo era el más grande del grupo con 53 años, todos pasábamos los 40”, explicó.
Con una carrera militar forjada en la montaña, Rodríguez se formó como instructor de esquí, andinismo y cazador de montaña, además de participar en expediciones en la Antártida. Pero asegura que esta fue la más dura: “Dormir a 6.500 metros, con grietas, sin aire y pasos milimétricos… cada 10 pasos debíamos descansar 10 segundos. El sacrificio fue enorme”.
La cumbre coincidió con el Día de las Tropas de Montaña, lo que hizo aún más simbólica la hazaña. “Recién dos días después, al bajar al campamento base, pudimos hablar por teléfono satelital con nuestras familias y recién ahí caímos en lo que habíamos logrado”, recordó con orgullo.
Para Rodríguez, la montaña no solo es un desafío físico, sino también espiritual. “Siempre te enseña algo. Ahí encuentro una paz interna que me hace bien”, cerró el tartagalense que ya escribió su nombre en la historia grande del Ejército Argentino.